Interseccionalidad de las desigualdades de género
en México. Un análisis para el seguimiento de los ods1
Este documento es uno de los muchos que escribió nuestro querido Dr. Carlos Javier Echarri Cánovas para visibilizar las condiciones de desigualdad que las mujeres enfrentan en nuestro país, pero también para exponer el potencial transformador de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible fundado en el compromiso de no dejar a nadie atrás. Hoy más que nunca, en el marco de la crisis mundial por el covid-19, disponer de análisis sólidos –como este– resultan fundamentales para destacar la necesidad de incluir la perspectiva de género de manera transversal en las respuestas de política y en las acciones de mitigación y recuperación. Antes de declararse esta emergencia sanitaria, todas las mujeres y las niñas en el mundo, donde México no es la excepción, habían vivido alguna forma de desigualdad, discriminación y violencia, independientemente, de sus características personales, familiares o contextuales. Estas desventajas históricas también se habían expuesto recientemente con el balance realizado ante el establecimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y a la luz de la reflexión a 25 años de la Plataforma de Acción de Beijing. Sin embargo, el contexto actual obliga a desplegar medidas urgentes ante la agudización de la vulnerabilidad y el riesgo que están enfrentando las mujeres y niñas. La igualdad de género es la clave para lograr sociedades inclusivas, consolidar economías equitativas y sostenibles y avanzar en cada uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ods). No obstante, las mujeres y las niñas experimentan múltiples desigualdades y formas de discriminación cruzadas, incluidas las basadas en su sexo, edad, pertenencia étnica, lugar de residencia, situación económica, orientación sexual, identidad de género, estatus migratorio, entre otras. Esta acumulación e interseccionalidad de las desigualdades hace que las mujeres enfrenten profundas privaciones de sus derechos, desde el acceso a la educación y a la salud, hasta al agua potable y al trabajo decente, sin dejar de resaltar el mayor riesgo a padecer múltiples formas de violencia.
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Interseccionalidad de las desigualdades de género en México