Ciudad de México, 24 de marzo de 2021

Dignificar al Ejército a través del respeto de los derechos humanos

(Participación al Inicio del programa de capacitación del personal castrense,  en colaboración con la CNDH)

 

 El respeto a los derechos humanos dignifica la vida pública y sus instituciones

 

  • Agradezco la invitación y distinción se me ha hecho para participar en el inicio del Programa de Capacitación del Personal Castrense, derivado del acuerdo de colaboración que suscribieron la Secretaría de la Defensa Nacional y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, para capacitar a nuestras fuerzas armadas en materia de derechos humanos, con estándares internacionales, brindando las bases y para que la conducta militar fortalezca una cultura fundada en el respeto a la dignidad humana, la igualdad y la no discriminación como elementos esenciales del servicio de defensa a la nación.

 

  • Este convenio es un ejemplo de los esfuerzos de coordinación interinstitucional para seguir avanzando en la transformación del país, contribuyendo a garantizar un país más seguro y justo, dignificando la labor de las Fuerzas Armadas a través del respeto de la ley ya los derechos humanos, para garantizar la paz y la seguridad en nuestro país.

 

  • La profesionalización de las fuerzas armadas, y en general, de las fuerzas de seguridad, nos acerca a la prevención y erradicación de prácticas ilícitas, que debemos reconocer, se cometieron en diferentes momentos de la historia de nuestro país: la tortura, los tratos crueles o denigrantes, la ejecución extrajudicial o la desaparición forzada, prácticas que hoy, están tipificadas como delitos y como violaciones graves a los derechos de las personas.

 

  • Todos los servidores públicos y las autoridades de los diferentes órdenes de gobierno, debemos saber que no debemos atentar contra la integridad de las personas, ni infligir maltrato o tortura física o psicológica.

 

  • Porque no importa la condición social, la edad, género o pertenencia étnica, todas las personas, sin excepción, somos sujetos de derechos y el Estado tiene la obligación de respetarlos y protegerlos.

 

  • Junto a ello, es fundamental trabajar en la consolidación de mecanismos de transparencia, fiscalización y rendición de cuentas que garanticen la observancia a estos derechos.

 

  • Esto implica también generar espacios de comunicación y diálogo entre las instituciones públicas y con la sociedad para impulsar procesos de aprendizaje e intercambio de experiencias formativas que permitan a las Fuerzas Armadas estar al día con los avances y retos en materia de derechos humanos.

 

  • Ahora bien, la política de seguridad durante la llamada “Guerra contra el narco”, al igual que sucedió en años anteriores cuando se obligó a las fuerzas armadas a asumir tareas que corresponden a la autoridad civil, tuvo como consecuencia una grave crisis de derechos humanos que dañó profundamente a la sociedad mexicana, especialmente a las poblaciones históricamente marginadas.

 

  • El uso de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad sin un marco jurídico adecuado, provocó vulnerabilidad en los elementos militares quienes se vieron inmersos en situaciones de violaciones de derechos humanos, que dejaron fuertes heridas en la historia reciente de nuestro país.

 

  • Se creó también una falsa percepción de que los derechos humanos son para proteger a los “delincuentes”. Nada más falso y equívoco. Por el contrario, los derechos nos protegen a todas y todos, incluidos a los integrantes de nuestras fuerzas armadas.
  • Debemos entender que la lucha por el reconocimiento y garantía de los Derechos Humanos y la lucha por la igualdad y la justicia social, ha sido resultado de un largo proceso histórico en el que ha estado presente la reivindicación de las libertades políticas y los derechos civiles de los grupos más vulnerable y excluidos de nuestras sociedades. No se trata de un asunto de moda.

 

  • El origen del concepto de derechos humanos está estrechamente ligado con la lucha por la igualdad entre personas, la justicia y el bienestar social. En una apuesta por una sociedad más justa y equitativa.

 

  • Sus antecedentes se remontan a momentos de la historia en los que se luchó por denunciar y eliminar relaciones de opresión.

 

  • Desde Ciro el Grande, cuando conquista Babilonia en el año 539 A.C. y libera a todas las personas esclavas y proclama la libertad religiosa; o en la Revolución Francesa de 1789 declara que todas las personas somos iguales y tenemos derecho a la vida digna, bajo los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad.

 

  • En México, estas ideas fueron la base para desafiar a la Corona española que aseguraba que las personas indígenas no tenían alma; e inspiraron a José María Morelos y Pavón a escribir en 1813 “Los Sentimientos de la Nación”, -la primera Carta de Derechos Humanos en México-, que plateaba un proyecto de Nación en el que: “se proscribe la esclavitud y la distinción de castas para siempre y todos queden iguales”.

 

  • Después de las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1945 compila los principios de libertad, no discriminación y el derecho a una vida digna, así como la obligación en común que tienen los distintos países para proteger, promover y respetar estos derechos fundamentales con los que nacen todas las personas.

 

  • En 1969, tras los movimientos contraculturales de los que emergen la lucha por la paz en Vietnam, el feminismo y la lucha contra los gobiernos autoritarios, se firma la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que brinda herramientas para avanzar en la protección de grupos históricamente marginados en las Américas, incluido México, y más adelante la confrontación contra las dictaduras en el sur de nuestro continente.

 

  • Contrario a lo que ideas conservadoras esgrimen, los sistemas de protección de derechos humanos no debilitan al Estado, sino que fortalecen sus instituciones. Son un avance democrático que se traduce en una mejor relación entre la sociedad y el gobierno.

 

  • Un ejemplo de ello, es, precisamente, la creación en México de una Defensoría del Pueblo, la Comisión Nacional de Derechos Humanos en 1990, organismo autónomo con el que hoy trabajamos de la mano para una política de seguridad integral.

 

  • Al igual que la reforma constitucional más importante de las últimas décadas, en 2011, a nuestra Constitución en materia de Derecho Humanos. Fruto de exigencias ciudadanas, el constituyente puso a los derechos humanos en el núcleo de la Constitución, que establece en el artículo primero, el concepto de “derechos humanos” (antes “garantías individuales) y el concepto amplio e incluyente de “personas” (en vez de “individuos”). Otorgando jerarquía constitucional a los derechos humanos contemplados en tratados internacionales firmados y ratificados por México; e incluyendo también principios como la interpretación conforme, el control difuso de constitucionalidad y el principio pro persona.

 

  • A partir de esta reforma, los derechos humanos se asumen como la obligación que tiene toda autoridad en el marco de sus competencias, incluyendo al Ejército, de promover, garantizar, respetar y proteger los derechos humanos. Obligaciones que deben cumplirse conforme a los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad.

 

  • La construcción de paz en nuestro país, nos exige una política de seguridad y defensa que coloque en el centro de las actuaciones el respeto a la vida, la dignidad humana y la legalidad.
  • Desde la Secretaría de Gobernación, atendiendo el mandato del Presidente de la República, trabajamos de la mano con otras instituciones públicas y organismos de la sociedad civil, para hacer de los derechos humanos, una política de Estado.

 

  • Ante la compleja realidad que vive el país debemos estar todas y todos a la altura de las circunstancias y responder a las demandas del pueblo. El pueblo pide paz, seguridad y justicia y que esto se cristalice a través de servidores públicos y Fuerzas Armadas que reflejen honestidad, respeto y confianza. Transmitamos estos valores respetando la ley y los derechos de todas las personas.

 

  • Cuando hablamos de derechos humanos hablamos del respeto a la dignidad y a la integridad de las personas, lo que nos iguala a todas y todos, sin importar dónde nacimos o a dónde vamos.

 

  • Esta capacitación no es una mera formalidad: proteger y respetar los derechos de las personas, es un privilegio, y debe estar en el centro de nuestro actuar como servidores públicos.

 

  • Es la piedra fundante del nuevo Estado mexicano. Violar derechos, es una contradicción a lo que somos, una traición a lo que dio origen la Cuarta Transformación.

 

  • Asumamos que, el respeto a los derechos humanos dignifica la vida pública a sus instituciones, en particular a nuestras fuerzas armadas, la institución más respetada por los mexicanos .
By |2021-03-24T23:27:14+00:00March 24th, 2021|home, Subsecretario|