Solo el 1 por ciento de la población en México es migrante y para sorpresa de muchos, 80 por ciento son norteamericanos. Y a la fecha, hay más de 28 mil solicitudes de refugio pendientes que dejó la pasada administración.
Efectivamente, como lo ha señalado el señor presidente, ha cambiado
mucho la presencia de lo que fue la caravana de centroamericanos en la
frontera norte, particularmente en Tijuana y en Mexicali, donde se han
registrado diversos fenómenos, el más importante es el haber puesto
orden y regular la presencia de los centroamericanos donde, incluso,
el día de ayer, con una acción conjunta con el ayuntamiento de Tijuana
se consolidó unos albergues que tenemos ahí consolidados.
Pero ha venido disminuyendo de manera significativa, gente que ha
regresado de manera voluntaria, gente que ha intentado cruzar y que ha
sido retenida en los Estados Unidos y gente que se ha dispersado hacia
otros lugares del país, una situación de mayor seguridad, sin
vulnerabilidad.
Por supuesto que la estimación que tenemos para el próximo año es que
incremente de manera importante el flujo migratorio hacia nuestro
país, pero bajo distintas modalidades, no necesariamente buscando la
figura de refugio. La estimación puede oscilar entre 48 mil y cerca de
80 mil personas, pero hay que señalar que los mecanismos de movilidad
humana y de migración en la región sur de nuestro país tiene distintas
connotaciones.
Ha habido, yo creo que falta de conocimiento de mucha de la
información de fondo de lo que son los fenómenos migratorios en
nuestro país, porque estos flujos migratorios, como el de la caravana,
se presentan todos los días en la frontera sur, la modificación fue la
modalidad en que ingresaron a nuestro país durante el gobierno
anterior, lo cual vamos a atender para que todo ingreso por la
frontera sur sea de manera ordenada, regulada, segura, cumpliendo con
las disposiciones que hemos suscrito en materia de migración a nivel
internacional.
Pero hay otras modalidades. Están las visas de trabajo y a veces se
desconoce, por ejemplo, que cada año otorgamos 750 mil visas para
trabajadores guatemaltecos particularmente, que vienen a laborar en
las actividades agropecuarias en el sureste del país, o se integran
distintas visas de carácter turístico o de visitante temporal en México.
Donde, lamentablemente, y eso es uno de los problemas que tenemos que
enfrentar, de las visas que otorgamos en la frontera sur, sólo el 2.5
por ciento se otorgan a ciudadanos hondureños, lo cual alienta de
manera lamentable la informalidad del ingreso hacia nuestro país.
Entonces, va a haber cambios importantes en los flujos migratorios el
próximo año, particularmente con los proyectos de inversión que el
gobierno tiene en el sureste con la construcción del Tren Maya, el
corredor transístmico, la refinería en Dos Bocas, otras inversiones
que se deriven del fondo de inversión, que los Estados Unidos ha
comprometido para el desarrollo del Triángulo Norte, Centroamérica y
en el sur de nuestro país.
Y, con toda seguridad, esto va a alentar algo que ya también viene
presentándose. Ya el empleo de muchos trabajadores centroamericanos no
se da estrictamente en las labores agropecuarias, sino también se han
movido hacia la industria de la construcción y la prestación de
servicios en el sur y en todo el país.
Así es que la política va a ser básicamente de regulación para poner
en orden estos flujos que ya existen, puedan estar plenamente
documentados, ordenados, seguros y, por supuesto, cumpliendo con las
disposiciones legales que rigen a nuestro país y a todos los
habitantes mexicanos.