Discriminación vergonzante
Alejandro Encinas Rodríguez
Bajo el patriotismo que envuelve las fiestas patrias, o del que surge al ponerse “la verde”, con la ilusión futbolera, donde abundan aficionados dispuestos a inmolarse envueltos en la bandera nacional; del orgullo de ser mexicano y de nuestras culturas, en mucho reducidas a folclore, se cobija, de manera vergonzante, una profunda veta de racismo y discriminación en amplios sectores de nuestra población.
La Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis), da cuenta del panorama nacional, con el que es posible identificar el vínculo intrínseco entre discriminación, desigualdad y negación de derechos para los grupos discriminados en nuestro país.
Para la Enadis, en el México del siglo XXI tener tonos de piel más oscuros predispone socialmente a que las personas ocupen las posiciones de menor calificación en el trabajo. Las personas blancas son más propensas a tener empleos con mayor remuneración económica y tienen mejor acogida en las esferas económicas y laborales, mientras que las personas con discapacidad y las personas hablantes de lenguas indígenas registran las tasas más altas de analfabetismo. De cada 100 mujeres hablantes de lengua indígena solo tres cursan estudios superiores.
La nuestra es una sociedad profundamente discriminatoria y la pertenencia a ciertos grupos equivale a una vida en desventaja desde el origen. Somos una sociedad fragmentada en grupos dispares, donde la presencia y persistencia de la discriminación se asocia a elementos de orden simbólico, cultural e histórico. Por ejempo, en México, seis de cada diez personas mayores de 18 años consideran que la mayoría de las y los jóvenes son irresponsables (60.3%), casi la mitad piensa que mientras más religiones se permitan en el país, habrá más conflictos sociales (44.7%), cuatro de cada diez coincide con que los pobres se esfuerzan poco por salir de su pobreza (39.1%), una de cada tres personas piensa que convivir con personas con sida o vih es un riesgo (35.2%). Una proporción similar opina que la pobreza de las personas indígenas se debe a su cultura (34.1%) y una, de cada cuatro personas, considera que las personas con discapacidad son de poca ayuda en el trabajo (24.5%).
Cerca de 15% de la población está de acuerdo con que algunas mujeres son violadas porque provocan a los hombres. Opinión que comparte el 12.3% de las mujeres encuestadas.
Resultados similares muestra la Encuesta sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e identidad de Género, donde una de cada cuatro personas reportó rechazo por parte de su padre y madre, porcentaje mayor cuando se trata de la identidad de género (39.4% para el padre y 38.9% para la madre).
En la sociedad mexicana existe un ambiente de discriminación, hostilidad, acoso y violencia en contra de las personas con una orientación sexual y/o identidad de género no normativas: 86.4% de las personas encuestadas considera que en México se respetan los derechos de las personas de la diversidad sexual y de género.
Estas actitudes discriminatorias y racistas hoy se expresan en una violencia xenofóbica contra grupos de personas migrantes, que huyendo de la miseria o de la violencia en su país arriban a México. Reconocer y cobrar conciencia de esta veta discriminatoria, tolerada de manera vergonzante en nuestra sociedad, es condición indispensable para dar un paso firme hacia la construcción de un país incluyente. (Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración)